CRISIS COVID-19
"En breve volveremos a tener otra pandemia"
Nacho Sáez - domingo, 2 de agosto de 2020 y otros
El doctor Luis Miguel Benito de Benito acaba de publicar
'Coronavirus. Tras la vacuna', donde relata su experiencia en la crisis
sanitaria y reflexiona sobre las lecciones que ha extraído.
"En breve volveremos a tener otra pandemia" -
Foto: Rosa Blanco
En la carta de presentación del libro que acaba de publicar,
Luis Miguel Benito de Benito explica que en ‘Coronavirus. Tras la vacuna’
(Editorial Opera Prima) hace hincapié en el que en su opinión ha sido el
principal daño que este virus ha
infligido, y ‘desvela’ la vacuna que considera más imprescindible «para
protegernos frente a inminentes peligros similares que ya nos acechan». Dos
objetivos muy ambiciosos que invitan a bucear en estas 242 páginas que se
terminaron de imprimir este mismo mes de julio.
Esta obra es sobre todo un relato de la experiencia de este
médico durante la pandemia. Desde que comenzó este aciago 2020 hasta que
finalizó el estado de alarma a finales de junio. Los primeros capítulos repasan
cómo la covid-19 empezó a hacer estragos en China y se extendió rápidamente a
Italia, primero, y a España, después, pero enseguida se adentra en las
consecuencias que él pudo comprobar en primera persona. «La situación de
emergencia sanitaria asistencial se debía, principalmente, a que en un tiempo
muy breve los centros sanitarios se verían sin soporte ventilatorio para la
avalancha de pacientes que se preveía», recuerda sobre los primeros momentos.
El caos de las administraciones a la hora de contabilizar
los contagios y los fallecidos o la precariedad laboral y de medios con la que
el personal sanitario tuvo que afrontar esta crisis encarnan otro de los
objetos de análisis de este doctor del Hospital Universitario de El Escorial
que cuenta con una clínica privada en Segovia. Aunque los libros que había
publicado hasta ahora versaban sobre aspectos relacionados con el aparato
digestivo, durante la crisis sanitaria también tuvo que colaborar para ayudar a
enfermos por la covid-19 y ha querido compartir esas vivencias y sus
reflexiones.
«Al margen de los riesgos personales que uno asumía, en la
cabeza de todos estaba el riesgo al que, por nuestra decisión, podíamos someter
a nuestras familias. Era una consideración que roía las conciencias y sé que a
muchos les echó para atrás. En mi casa debo decir que la decisión no agradó
demasiado a mi mujer, pero entendía que eran gajes del oficio», cuenta el
doctor Benito, que por primera vez en veinte años de ejercicio profesional se
vio atendiendo pacientes en un hotel.
En aquellos días recordó la importancia de poder hablar con
los enfermos cara a cara. «El artilugio de la pantalla transparente de acetato,
por rudimentario que fuese, permitía ese contacto visual con un paciente
asustado que ve individuos embozados que se acercan a él sin expresión, sin
rostro. Porque un paciente puede entender que las medidas de aislamiento son
importantes, tanto para él como para el personal médico y sanitario, pero sin
perder eso de vista hay que intentar que no parezca que a uno le asiste un
robot o una momia», escribe en uno de los capítulos.
La curva alcanzó el pico y los sanitarios pudieron respirar
por fin, pero las secuelas emocionales de lo vivido todavía tardarán en sanar y
las consecuencias económicas agravarán el problema. El doctor Benito asegura
que «en estos dos meses he visto más muertos que en toda mi vida», pero dice
que no está dispuesto a dejarse controlar por el miedo: «Eso es lo que quieren los
poderes. Quieren tenernos asustados para ir quitándonos libertades sin que nos
demos cuenta». A lo largo de estos cuatro meses, ha construido un relato de lo
que ha sucedido. En primer lugar está convencido de que el virus fue creado en
un laboratorio: «Hay pocas dudas ya. Lo que es más difícil saber es si lo
soltaron o se les escapó». En su opinión, esta pandemia se ha tratado de «un
experimento social». «El miedo es un elemento de poder y hay muchos intereses
geopolíticos. El poder mundial busca controlar las voluntades», destaca.
–¿Pero entonces por qué no había pasado antes algo así?
–Ha habido intentos otras veces, pero ahora la tecnología
permite ciertas cosas.
Por eso, este médico cree que habrá otra pandemia «en
breve». “Será la covid-19 bis, la 20 o la 21 u otro virus, pero volverá a pasar
porque el experimento ha sido un éxito rotundo para los especuladores, los
agentes sociales que pretenden amedrentar a la población, someterla y quitarle
libertades sin que parezca que lo hacen, de forma tan elegante y sibilina que
hasta agradeceremos que nos priven de la libertad, satisfechos y contentos de
que elijan por nosotros, por nuestra seguridad», sostiene. Sobre la fuerza de
los rebrotes actuales señala que «son coletazos de lo pasado». «Esta pandemia
está muerta. Tiene una letalidad parecida a la de la gripe y todas las
epidemias manifiestan la llegada a un punto de equilibrio. Ahora se realizan
más pruebas diagnósticas, pero la mayoría de los positivos son asintomáticos y
leves. Puede haber otra oleada, no soy profeta, pero es más probable que sea
por otro virus».
También desconfía de la obsesión global por encontrar una
vacuna. «El jefe de la UCI de un hospital grande de Madrid dijo que la pandemia
seguiría mientras no haya una vacuna. Le llamé y le pregunté que cuántas
pandemias a lo largo de la historia han terminado con la vacuna. Para el sida,
la hepatitis C o la malaria no hay vacuna y, para la gripe estacional, la hay
pero no se la ponen ni el diez por ciento de los sanitarios porque no temen por
su vida. A los microbios hay que tenerlos educados y sanos y convivir con
ellos», remarca.
La conversación con esta facultativo madrileño de orígenes
segovianos podría durar horas, pero la agenda de su clínica del paseo de
Ezequiel González obliga a cortarla. Antes de despedirse pide aplicar en estos
momentos el «sentido común» («No aglomerarse, mantener la distancia social y
tener más higiene»), pero también invita a la ciudadanía a «informarse» ante la
posible falta de criterio de las autoridades sanitarias a la hora de tomar las
decisiones. «Cuando el sistema sanitario estaba desbordado no hicieron ni caso
y ahora, en cambio, se han dado cuenta de que el coronavirus es una herramienta
genial para controlarnos», concluye.
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